Una verdadera cuesta
La subida al puerto de La Herrera la organizaba unos años el A.C. Vasco Navarro, otros, el Club, y también formaba parte como prueba de velocidad en nuestro Critérium.
Su trazado nunca me gustó, no por las curvas, que las tenía en cantidad y calidad, sino por el excesivo desnivel, que llegaba en algunos tramos al 15%. Era, pues, una prueba de 'potencia', en la que los pilotos poco o nada podíamos aportar, además de un duro castigo para la mecánica, especialmente para las transmisiones por el esfuerzo que nos veíamos obligados a exigir a las cajas y embragues en sus empinados repechos.