Entre fiestas y tradiciones
El Rally del Pez se celebraba en junio, coincidiendo con las fiestas de San Bernabé, y debía su nombre a una antigua leyenda que cuenta que, en el año 1521, durante los 17 días de asedio que sufrió la ciudad por tropas francesas y navarras, los logroñeses resistieron alimentándose de peces que pescaban en el Ebro.
Tradiciones aparte, fue mi primer rally, tres semanas después de mi primera subida a Clavijo. Era corto, todo él de día, un recorrido que se convertiría en clásico: Herrera, Peñacerrada-Lagrán y Bernedo, tres pruebas que se pasaban dos veces en un bucle más propio de un critérium.
Mi copiloto, un chico que trabajaba en un banco industrial situado en la Gran Vía (si me lee, que me mande un mail para incluir su nombre y que me perdone por no recordarlo), cumplió su cometido a la perfección y los dos disfrutamos de un día ya casi veraniego sin ningún contratiempo.